“Un morral lleno de dogmas y prejuicios” por Manuel Reina Leal.

 

Vista de Managua -Hotel Intercontinental-Foto M.R.L.agosto 1979.-

El asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, el 10 de enero de 1978, fue el detonante de la ira popular en repudio al crimen; acontecimiento de primer orden nacional e internacional, que obligó a las tres tendencias del Frente Sandinista de Liberación Nacional, a buscar la unidad , esfuerzo que los llevó a concretar el acuerdo en marzo de 1979, sobretodo como garantía de triunfo y gobernabilidad para derrotar a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.

Por otra parte , con motivo de la publicación del texto, Vamos que apareció el cadáver de la esposa de Tomás Borge, en el chats UCV Estratégico, trajo como resultado que un camarada rememoró que estuvo en el Comité de Solidaridad con Nicaragua,1978-1979, además de su identificación con una de las tendencias políticas existentes en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, aún cuando en la actualidad no existen y forman parte de la historia. Las mismas, Guerra Popular Prolongada, Tendencia Proletaria, Tercerista o Insurreccional, crearon a nivel internacional sus estructuras de Solidaridad y apoyo con la Revolución Sandinista, cada tendencia siempre trató de mantener su propia fuerza, pugna que a la final resultó en posiciones personales de sus dirigentes para justificar sus puntos de vistas, diferencias, sin embargo, la unidad aplastó todas esas divergencias y allanó el camino para tomar el poder.

La unidad de los sandinistas fue fundamental en el derrocamiento de la dictadura de Somoza y constituyó para los revolucionarios venezolanos, una referencia obligada para aprender ¿cómo habían logrado llegar al poder?, en este sentido recordamos a la camarada Doris Francia confesar, sorprendida: “ llegué con un morral lleno de dogmas, prejuicios,que se cayeron al piso.” .

Caracas,11/09/2019.

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Nazarenos en el túnel por Manuel Reina Leal

 

Nazarenos Caracas- foto Manuel Reina Leal

 

/ El lunes 25 de marzo tenía una cita a las 1:30 de la tarde en el Ministerio de Poder Popular para la Salud, en la Torre Sur del Centro Simón Bolívar, línea 3 del Metro de Caracas. Salí sobre la hora por ser un trayecto corto, desde la estación Artigas hasta Teatros.

Apenas arrancó el metro rojo, hizo una inspiración y una exhalación suave y lentamente el tren se fue deteniendo hasta parar , los pasajeros todos callados,tensos. Al parar el tren, se escuchó un rugido fuerte y claro: “ se fue la luz” y una tormenta de palabras iluminó el ambiente, desde la consigna opositora hacia el Presidente, hasta la palabra evangélica del Apocalipsis, mientras los altoparlantes del metro informaban que debido a una falla de la energía eléctrica el metro dejaba de prestar servicio y que teníamos que desalojarlo, en pleno túnel , que estuviéramos atentos a las instrucciones y a las puertas para empezar la evacuación, y mantuviéramos la calma, sobre todo eso la calma. En medio del jaleo me encontré con una compañera de trabajo, la llamé y nos acompañamos en la fila india que se formó a través del túnel, miles de personas caminando hacia la estación Maternidad, en medio de la penumbra me comentó: “se parece a la procesión del Nazareno”, íbamos como penitentes morados, siguiendo el hilo de los celulares que iluminaban el camino.

Al llegar a la estación y salir a la Plaza San Martín, nos topamos con ríos de gente caminando, todos devolviéndose para sus casas, ya que sabían que la falla eléctrica era para rato, la moraleja de este segundo apagón, es el rechazo generalizado al corte eléctrico, y el convencimiento que el mismo forma parte de una estrategia de guerra en contra de la República Bolivariana de Venezuela.

Artículo publicado en Caracas , 26/03/2019