Maracaibo, Zulia, 01 de Octubre de 2014.
Ciudadano
Nicolás Maduro Moros
Presidente de la república Bolivariana de Venezuela.
Su despacho.
Apreciado y estimado compatriota presidente: Reciba nuestro solidario apoyo de compromiso revolucionario.
Estimadas y apreciadas Autoridades del Ministerio del poder Popular Para La Cultura y Fundación Misión Cultura.
Hoy, quien suscribe esta carta quiere expresarse en primera persona, no pido a nadie que me acompañe en esta exposición reflexiva. Tengo entendido que un primer borrador de los meses de Mayo-Junio fue refrendado, suscrito y apoyado por más de doscientas cincuenta firmas de ex activadores, grupos organizados, cultores y artistas del Zulia. El mismo ha cambiado, pues las situaciones concretas son parcialmente diferentes, pero queda abierta esta carta si quieren suscribirla de nuevo con tales firmas o con nuevas firmas. Qué nadie se sienta comprometido y agradecido por siempre.
Quiero comenzar recordando estas palabras, eslóganes o frases. Las mismas me ubican en el principio del inicio:
RECORDANDO LOS TIEMPOS EN QUE LA MISION
CULTURA SE ASOMO AL BALCON DEL PUEBLO,
CON SU EDUCACION POPULAR , ENMANCIPADORA
, LIBERADORA, ANDRAGOGICA Y ANTROPOGOGICA Y
CON LA CONSIGNA CENTRAL
“DARLE PODER A LOS POBRES”,
“SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO”
Y
“LA LIBERTAD SE CONQUISTA CON EL
CONOCIMIENTO”
Nada nos aleja de las necesidades socio políticas y de formación con un carácter, orientación y perfil Universitario en, con y para las comunidades antes y después del 2002, aún admitiendo nuevas estructuras y logros desde el Ministerio del Poder Popular Para cultura. Para los años 2004-2005, en ese momento socio histórico, se partió de saldar una deuda social por décadas acumulada en el ámbito social de la cultura y las artes en los amplios y diversos sentidos, corrientes del pensamiento, praxis e interpretaciones que abarcan los diferentes conceptos y definiciones de cultura. Desde la fundación Misión Cultura, tutelada por el Conac, luego por Ministerio de la Cultura y hoy por Ministerio del Poder Popular para la cultura, la consigna llena de profundo contenido ideológico y con un proyecto práctico y creíble y de dimensiones a largo plazo fue “darle poder a los pobres con el conocimiento”, consultar, articular con las comunidades, con todas las formas del poder popular organizado con carácter de urgencia, con las unidades de batalla, patrullas, comités de tierra, salud, agua, grupos culturales y demás organizaciones de base en las comunidades, parroquias, municipios y estados con la finalidad de que a través de proyectos culturales, impulsados por los estudiantes de la licenciatura en educación, mención desarrollo cultural y llamados hasta hace poco “activadores culturales”, pero con el fin último de auto desarrollarse con proyectos socio culturales, con las historias locales (Elaboradas por miles en todo el territorio nacional) y los censos de patrimonio, de coadyuvar en la titánica tarea de empoderar política y organizativamente al pueblo y apoyándonos en lo que el Comandante Chávez hizo hincapié de forma duradera y persistente pero que hoy al parecer nadie recuerda; “Impulsar el desarrollo endógeno en todas las áreas: económicas, política, social, cultural, etc”. Titánico objetivo, metas y tareas que jamás se cumplirían ni en cinco o diez años. Los proyectos revolucionarios coherentes son a largo plazo para luego de evaluarlos de forma permanente y recoger frutos, antes que la perdida de perspectivas, las distorsiones conceptuales y tareísmo burocrático se trague los frutos que se pueden ver en decenios o en generaciones. La china popular desde el 49 se plateó dos macro objetivos del cual contra viento y marea respetaron y lucharon hasta hoy: 1. En los primeros treinta años garantizar la seguridad y soberanía alimentaria y los segundos treinta años garantizar el desarrollo científico- tecnológico industrial, socio educativo y cultural. He allí la China como gran potencia, admitido con nuestras convergencias y diferencias.
Para aquél entonces y no menos que ahora y en función de los propósitos anteriormente expuestos, requirieron y requieren de una gran dosis en el análisis y la tolerancia más precisa posible. El sectarismo, el dogmatismo, la soberbia, la arrogancia, la falta de de actitudes y aptitudes prospectivas para la consolidación del poder popular y debilitar todas las estructuras ideológicas, sociales y económicas de estado oligárquico burgués fueron y son los grandes enemigos internos a derrotar en una revolución que sigue y seguirá pretendiendo atraer a su seno gruesos sectores de la población que aún permanecen excluidos o que todavía no ha comprendido el verdadero sentido de la inclusión revolucionaria, esa que no va más allá que no sea “denme mi casa porque es un derecho constitucional ó si no me das empleo ó algún metálico no cuentes conmigo, por tanto no me incluyo” en el ámbito socio educativo y cultural, lo que para cualquier estudioso de las sociedades y revoluciones, incluyendo el propio capitalismo, son la piedra angular y pivote de toda estructura ideológica que sostiene toda estructura económica y viceversa. Quizás los contextos en los cuales nació la Misión Cultura, como una licenciatura en educación, mención desarrollo cultural no sean las mismas a las necesidades urgentes planteadas en la ley programa de la patria 2013-2019. Pero lo que si pervive en corazón del pueblo son la gran deuda cultural acumulada, destronada día a día por los medios de comunicación entre otros tantos factores endógenos y exógenos, al tiempo que desestimulan y desarticulan cualquier esfuerzo organizativo del desarrollo humano en el ámbito cultural.
De tal forma que no se trata de que ya se “cubrió un tramo de la deuda cultural socio educativa”, sino que desde el punto de vista socio antropológico, el tramo es permanente mientras haya deuda, que el buen vivir y la calidad de vida espiritual se ubique en la vía de la consolidación y del no retorno. Y esto no son ni cinco ni diez años. No sabemos. Sólo lo sabremos con un Macro Proyecto Cultura del Estado para varios decenios. Al parecer no aprendemos ni de los capitalistas, quienes si están claros, “Qué si te derrumbo y liquido tu patrimonio, tu memoria e identidad como pueblo somos pan comido por decenios y centurias”.
Distantes estamos de esa tan anhelada realidad socio cultural aspirada por el Comandante Hugo Chávez y todos los revolucionarios y socialistas de buena voluntad que desde décadas atrás a través de diferentes formas de lucha y organización intentaron acompañar e impulsar tan titánica tarea y, hoy encarando esa gran tarea y propósito histórico y legado, el compañero Presidente Nicolás Maduro. Ameritó y amerita una respuesta revolucionaria rápida que desmonte y destrone la burocracia cuarto republicana, la de los fracasados, desmovilizados y desesperanzados. La Misión Cultura, por su carácter cultural y políticamente estratégico, tuvo y tiene que ser en sí misma transformadora por lo cual “Todos sus miembros tuvieron y tienen que ser transformados”. Hubo vacios, sí, hubo logros, sí. Jamás se evaluaron. De tal forma, que antes y ahora, la autoformación ideológica, el crecer y aprender con las comunidades de forma y carácter experimentar pero con los vasos comunicantes que proveen una licenciatura universitaria para impulsar el ejercicio del promotor y gestor cultural de los servicios culturales del Estado, más no de los procesos artísticos-creativos que implican grandes discusiones desde los diferentes campos del saber. Estos vasos comunicantes cargados de legalidad y responsabilidad ante el pueblo veedor y presencial y semi presencial, fueron y deben seguir siendo la matriz de lucha en el ámbito del quehacer político cultural. Gran parte de los promotores, personal académico y administrativo quienes fundaron y aún llevan sobre sus espaldas las fallas y errores pero también grandes logros y virtudes de esa gran experiencia jamás evaluada con todos los comprometidos, llámese Ministerio de la cultura, autoridades de la Misión Cultura, esa que siempre se le llamó Misión Cultura Académica, para diferenciarla de otros proyectos y programas, es decir, todo el personal docente y egresados y entre otros tantos que empujaron con gran fuerza esta licenciatura en educación ante el vacio de una Ley de Cultura, los grandes y graves silencios en materia de política cultural del Estado, la misma que dio la cara en las comunidades mientras otras instituciones y plataformas se fundaban y crecían, muchas apoyadas en el quehacer de la Misión Cultura y, siendo ésta la única experiencia desde el campo de la educación universitaria popular y emancipadora, que partiendo de las experiencias nacionales e internacionales sustentadas y los valores y principios socios educativos de Paulo Freire y Simón Rodríguez, proveyó de herramientas para un nuevo discernimiento y resistencia del pueblo organizado, ante la permanente agresión de la oligarquía y el imperio, hoy con nuevos bríos y formas, guerra económica y la sistemática desestabilización. Un gran esfuerzo que al desmovilizar, neutralizar, pasar la experiencia a una gaveta de papeles viejos a punto de quemar y dejar a la espera o en la nada a todo el componente docente y egresados, ese gran esfuerzo quedó completamente debilitado, más no aplastado totalmente. Todavía hay fe y esperanza. A mi entender, ó a nuestro entender si se prefiere, el convenio marco de cooperación con la Universidad Nacional experimentar Simón Rodríguez concluyó en diciembre de 2012, con estudiantes por graduar pero con ninguna voluntad política con espíritu revolucionario de evaluar la experiencia y seguir previendo nuevas opciones de estudios universitarios en el ámbito cultural y desde la modalidad y método de la Educación Popular. A mi entender, grave error histórico de “desestimar la misión de una misión estratégica para el Estado, el poder popular y la revolución”. Tómese esto como una reflexión y no como una acusación, ni para los que propusieron al Comandante Chávez el proyecto de la Misión Cultura como las diferentes autoridades que a lo largo de casi diez años, tanto del Ministerio como de la Fundación Misión Cultura han direccionado nuestro hacer.
Posteriormente la Fundación Misión Cultura, asume e impulsa proyectos y programas, táctica y estratégicamente necesarios como lo son “Corazón adentro, Misión Socialista, convenio cultural Cuba-Venezuela, programa que también debe evaluarse en todas sus dimensiones y objetivos, el “Sistema Nacional de Culturas Populares” el cual que para el momento en que el presidente Chávez le aprueba sus primeros recursos, estaba destinado a impulsar proyectos socio culturales comunitarios de los graduados de la Misión Cultura (Es de recordar la famosa 7ma línea, engorrosa para entender, desestimada y nunca promovida y proyectada) así como atender cultores populares y artistas jamás tocados por la revolución, y “La escuela Nacional de Culturas Populares”. Pero llama la atención que de forma progresiva y persistente a lo largo de estos últimos cinco años se fueron invisibilizando por la estructura cultural del estado así como de otros ministerios, los más de diez y siete (17.000) mil egresados como Licenciados en educación, mención desarrollo cultural. La gran mayoría con profundas fortalezas socio- educativas, culturales y políticas y otros con pocas fortalezas como suele suceder con los egresados universitarios. Una vez el comandante Chávez preguntó, “¿Para qué necesitamos tantos abogados?”. Pero la Misión sucre y UBV siguieron graduando abogados. Y no porque los abogados de la revolución no sean necesarios. El presidente se refería a la pertinencia socio política. Abogados tenemos desde hace 500 años. Hoy me pregunto, ¿Acaso la pertinencia socio política de esa primera experiencia educativa universitaria desde la educación popular no era y es necesaria? ¿Era o no pertinente mantenerla en el tiempo y en el espacio geográfico Venezolano? Casi todos nuestros egresados, “al parecer”, al ignorarlos, al estado y a nadie le interesa, aún sabiendo y reconociendo que unos pocos graneados y con mucho esfuerzo ya han sido absorbidos en diferentes organismos del estado nacional, regional y local. Y aquí se hace el énfasis: así como se invisibilizaron desde el Ministerio y Misión Cultura los casi diez y ocho mil (18.000) egresados licenciados en educación, mención desarrollo cultural en los últimos 5 años, ignorándolos y desestimándolos en casi todas las instituciones en los diferentes niveles del estado nacional, regional o local, también se pretende invisibilizar e ignorar la Misión Cultura Académica universitaria, la misma que tuvo un convenio de cooperación con la Universidad Simón Rodríguez y que por años fue bandera del Ministerio de la Cultura. Expresar y decir que la Misión cultura “académica” cesó funciones porque ya cumplió sus propósitos es subestimar al pueblo Venezolano y seguir ignorando la gran deuda social que el ámbito socio cultural esta revolución Bolivariana, socialista y Chavista aún tiene con el pueblo. Es una afrenta al pueblo organizado que con propuestas y programas catedráticos neo positivistas, con perfil de claustro donde hay “Unos que saben todo y otros receptores que no saben nada dispuestos a aprender algo” se pretenda saldar esa deuda histórica que a lo sumo puede convertirse en un gran “artificio” y en desmedro de la educación popular, la andragogìa, la etnografía y la antropología socio cultural, matrices y métodos anclados en los procesos de sistematización socio educativas comunitarios de la Misión Cultura.
Refresquemos memoria y propósito desde la educación popular, sistematización e intercambio de saberes: “Entendiendo que la construcción colectiva del conocimiento y su evaluación permanente no es más que práctica y enfoque de la educación popular, tal como la definió Freire al exponer que las prácticas y trabajos que se desarrollan en el campo de la educación popular pueden y deben abordarse como tipos de prácticas sociales “de construcción de personas”, trabajos que desarrollan tipos de procesos de socialización de las personas. O sea, procesos de construcción de individuos sociales. Tales prácticas se desarrollan en torno al acto de aprender, o proceso de crear las condiciones específicas para que esas personas aprendan en ese re-ver, en la que se busca aprender a comprender significados de lo que cada persona involucrada está aprendiendo y del modo de cómo lo está haciendo”. Entonces:
(Desde el punto de vista cultural) busca fortalecer la creatividad cultural de las personas, grupos, organizaciones y movimientos “para la reinvención solidaria de la sociedad y para la construcción concreta de una vida más digna para todos)
(Desde el punto de vista político) busca reforzar el ejercicio de la ciudadanía en la perspectiva de refundar la cosa pública “de forma permanente y las relaciones entre lo privado y público.
(Desde el punto de vista ético) reforzar la autonomía de todas y cada una de las personas involucradas “como condición básica de participación efectiva en un proceso social fundante y fundado en las relaciones igualitarias”
(Desde la perspectiva político pedagógica-andragógica) la educación popular “debe crear las condiciones para que las personas sean más sujetos de su propia práctica”, pues la dimensión es integradora del proceso educativo, es decir, el sentir, el pensar, el actuar de las personas involucradas donde todos los sujetos busquen y sufran un cambio cualitativo, tomando en cuenta fundamentalmente la calidad de vida (en sus más variados aspectos)
(Desde lo metodológico) la perspectiva que siempre fue y es más adecuada es la constatación y construcción de “formas concretas de solidaridad” y de eficacia en los objetivos que garanticen “tramas de significados” para lo que hacen en función del rescate de “memoria y nueva comprensión” y abrir canales de crecimiento y evitar la desagregación a través de proyectos de aprendizajes colectivos para un nuevo mundo que buscamos construir.
Como ya ven, sólo buscamos, con todas nuestras fallas y virtudes, construir “memoria y nueva comprensión, nuevas formas y ventanas concretas de solidaridad e igualdad para un nuevo mundo que buscamos construir” ¿Es tan complejo comprender lo que explico y solicito?
Sólo un buen rediseño de una nueva licenciatura desde la Misión Cultura, tejida con el apoyo del todo el colectivo académico, profesionales, técnicos, intelectuales y artistas comprometidos podemos compensar las exigencias y necesidades para los próximos retos y años de lucha. Programas placebos coyunturales sin estructura y prospección a largo plazo y sin asidero legal y comunitario corre graves riesgos de desmoronarse ante los retos de la revolución Bolivariana y Socialista del segundo decenio del dos mil.
Todos conocemos el IAP (el método investigación, acción y participación), el invedecor, entre otros tantos métodos de origen epistemológico cualitativo, le dimos uso potencial durante siete largos años, reforzando todas las vías investigativas de nuestros activadores, pero respetando toda la conceptualización, práctica y principio de la educación popular y dialógica. Y me vuelvo a preguntar ¿Quién no hizo uso del método IAP para que hoy se nos presente como única salida, poniendo a un lado los métodos de la educación popular y dialógica, sin desmeritar el IAP como método que se ubica en lo cualitativo? De verdad, creo que sí aprendimos y mucho para discriminar saberes y partes de la vida. Por esto recordamos, hubo un tiempo en que la Misión Cultura se asomó con responsabilidad al balcón del pueblo con propuestas coherentes para propiciar el crecimiento espiritual, intelectual y comunitario del pueblo Venezolano. Es un gran reto que la misma se vuelva a poner al frente, en el balcón, junto al pueblo y poder seguir diciendo “Es necesario darle poder a pueblo”, “Sólo el pueblo salva al pueblo” “Y la libertad se conquista con el conocimiento”. Fue y es el momento de romper con las estructuras academicistas, con el respeto de la academia tradicional en la cual con resistencia y lucha mucho de nosotros fuimos formados, pero que en el marco de esta atípica revolución, para efectos ideológicos no nos sirve. Lo del claustro al claustro y lo popular en el seno del pueblo, aunque el debate y la discusión al respecto debe seguir vivo y candente. Nos sirve una propuesta que propicie una educación liberadora enlazada con los procesos culturales y la creación artística así como de las necesidades de desarrollo económico y científico tecnológico. Pero estamos en el área de las ciencias sociales y las humánitas y a ello nos debemos. Un buen diagnóstico histórico, socio político y cultural desde lo interno de la Misión y en colectivo, correlacionado con el proyecto país y las necesidades desde las comunidades, de la nación, del país, de la república y de la patria debe ser el primer paso. Lo demás “podrían convertirse en placebos entretenimientos”
Hoy, a vox populi se habla de una extraña fusión de la Misión Cultura, Sistema Nacional de Culturas Populares y Corazón Adentro, llamándose a partir de este momento “Misión Cultura corazón adentro”. ¿Qué es esto? Cuando también a vox populi se sabe que el sistema nacional de culturas populares y Corazón Adentro, Misión Socialista son proyectos y programas de la Fundación Misión Cultura. Desde la esquina de la opinión pública y desde las comunidades, cabe preguntarse, ¿Será que la razón social y legal de la Misión Cultura fue eliminada por decreto? ¿Cuáles fueron los criterios nacionales para tan desmesurada e inconsulta aventura? ¿Y por qué no hubo una discusión nacional?
Hoy, a vox populi también se habla de una cátedra permanente, Seminario “Descolonización y cultura comunal” o “Soberanía y cultura comunal” cátedra esta, según experiencia de las comunidades que ya la ha alcanzado y tocado, cierra el paso a la investigación, sistematización e intercambio de saberes comunitarios. Por razones muy sencillas, expresan que son temarios direccionados de forma academicista, donde hay uno que “sabe y conoce el tema” y otros que “no saben y sirven de receptáculo de tales conocimientos”, volviendo a la educación bancaria tan criticada por Paulo Freire por ser estructura del estamento educativo y burgués. Y no es que lo digan porque son muy sabios, aunque la sabiduría popular es muy sabia, es que muchos son egresados de la Misión Cultura, de otras Misiones, consejos comunales y comunas con discernimiento, muy a pesar de lo cuesta arriba que es ponerse de acuerdo dentro de un consejo comunal o comuna, pero disciernen, a la postre andar errantes y erráticos hacia un comité o mesa de cultura dentro de un gran andamiaje de cabilla y concreto y con las manos vacías sin una propuesta convincente socio política y legalmente estructurada y fundamentada y la transversalidad curricular como vía para formación integral objetiva y subjetiva de los hombres de forma transdiciplinaria. Falta mucho, pero no por esta vía, sino con proyectos creíbles a largo plazo medidos en decenios.
Cabe preguntarse, ¿hubo un cenáculo de sabios para decidir que una cátedra era lo que se necesitaba en los retos socio- educativos y culturales- comunitarios para los próximos años?
Cabe de igual forma preguntarse, ¿Por qué no hubo una gran consulta nacional desde hace años para el diseño de los grades objetivos históricos en materia de cultura relacionada con la Misión Cultura?
Por último, hoy se nos convoca a un III gran congreso Cultural, con un temario muy respetable, diverso e interesante pero donde los componentes socio educativos populares universitarios escasean y, en donde, al menos por acá, por estas comarcas occidentales del Zulia, aunque se dieron débiles debates, al principio pareció ser un ring de boxeo de fuerzas en pugnas por unas vocerías. La Misión Cultura fue tan desmovilizada, neutralizada e invisibilizada, embarcada en la tristeza y la apatía por tantos años de inacción, que con más de doscientos cincuenta animadores culturales del programa convenio cultural Cuba-Venezuela, casi cincuenta de personal académico activos y más de dos mil quinientos egresados a lo menos, no logró ganar una vocería para tal congreso. De igual forma, no teníamos recursos con que participar porque en nuestras manos no había nada vivo y creíble gracias a la desmovilización y neutralización de la Misión. La cátedra no fue ni era suficiente. No tener vida orgánica nos desarticuló completamente. No obstante, éxitos al congreso y que de allí deriven planes y proyectos coherentes para lo que queda del decenio y los próximos años.
Con profundo respeto, solicito, ó (solicitamos y exhortamos para quienes quieran suscribir esta carta reflexiva):
Que el consejo directivo de la Misión Cultura se desplace a nivel nacional en todos los estados donde la Misión tiene presencia para explicar a profundidad la Fusión de todos los programas “En misión Cultura Corazón Adentro” así como re- explicar la cátedra “Descolonización y cultura comunal” o “Soberanía y cultura Comunal” (Hasta hoy se siguen manejando dos títulos lo cual más que aclarar, confunde) así como cualquier otro programa que no se haya discutido en colectivo o por la vía súbita en que nos convocó para “Formarnos y darnos herramientas y estrategias en el seminario de Yaracuy del 2013” y, que a mi entender, las cátedras de este tipo son libres, optativas, no obligantes para algún participantes, de vinculación académica la mayoría de las veces pero de poción libre y promovidas por instituciones con perfil formativo públicas o privadas. Pero con un criterio unificando, libre, público y no obligante. Un seminario de investigación es demasiado complejo para abordarlo en una comunidad como una vía intermedia entre la cátedra y el taller, a menos que pertenezca a una maestría o doctorado, a lo sumo un diplomado que descanse en una investigación y atado con vías legales. ¿Y me pregunto? Dentro del marco del conocimiento, ¿ A cambio de qué contactamos, convocamos un día y nos confirman 30 participantes comunitarios para que día de la primera reunión asistan 12, en la segunda 7, en la tercera 5 y así hasta diluirse? Según mi experiencia, porque me metí de lleno con mis compañeras facilitadoras a facilitar, armar y empujar la cátedra. Quizás hayan varías las respuestas. Yo veo 1. No es un proyecto y plan integrar de formación creíble y sostenible a largo plazo, más viniendo de una Misión formativa Universitaria donde muchos esperan otros planes de tercer o cuarto nivel 2. Los consejos comunales y comunas (no todas) muchos andan en tantas actividades, tanto tareísmo y dispersión que concluyen que podría ser un tallercito o cursito más para hacer currículo (palabras textuales de ellos mismos) 3. Un grupo me señaló una vez que la cátedra se parecía a una de esas tantas tentativas de escuela de formación ideológica de cuadros militantes que nunca cuadraban por falta de un régimen de formación orgánico.
Sé y estoy en la certeza que esta cátedra muchos de nosotros en los diferentes estados nos la tomamos en serio, nos las creímos, tuvimos fe, no caminamos oficinas sino los barrios, la impulsamos, la asumimos, muchas veces desde espacios conquistados y personas desde la Licenciatura en educación. Muchos la asumimos a cuesta de desgastarnos y agotarnos sin propósitos a largo plazos. No propósitos trimestrales, propósitos medibles en quinquenios y decenios porque nuestro propósito es hacer un intento de esculpir el ser y conciencia de niños y hombres para la igualdad y la libertad, como lo expresó en su libro texto Fundamentos de la educación el Maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa. “Intentar esculpir ser y conciencias de niños y hombres para libertad”.
Que el consejo directivo de la Misión Cultura se desplace a nivel nacional en todos los estados para que escuchen necesidades y propuestas, inquietudes e incertidumbres. Se aclara, quien suscribe esta carta, se tomó la molestia con grupo de facilitadoras de Maracaibo de elevar y presentar ante el directorio de la Misión cultura en su momento (2011-2012) un borrador propuesta de licenciatura con su matriz curricular denominada “Licenciatura en administración, mención Gestión Cultural comunitaria”, bajo la modalidad y método de la educación popular. Sé y sabemos que fue recibida y leída por el directorio de entonces porque públicamente fue afirmado por la Señora Tania Scott en Yaracuy 2013.
Otro tanto sabemos de aportes de otros compañeros en otros estados quienes se han propuesto desarrollar propuestas universitarias dentro del marco de la Cultura y desarrollo Comunal. Ante esta propuesta que hice se impuso el silencio.
Aprendí a querer a esta Misión, me ocupé y me preocupado por ella hasta que racional, emocional y políticamente tenga fuerzas para hacerlo. Por tanto sea esto lo último que escriba y diga verbalmente sin que nadie, absolutamente nadie se sienta lesionado y de igual forma, asumiendo todas las consecuencias, siendo libre de conciencia que jamás he atentado ni atentaré contra la revolución Bolivariana, socialista y hoy, chavista, eterno sueño desde mi adolescencia. Y me sigo preguntando ¿Por qué con transparencia no nos sentamos a discutir un proyecto para presentarlo con manos creíble y posibles con Uneartes, Universidad Bolivariana de Venezuela, la Simón Rodríguez con quien ya hay una experiencia, con la Universidad de los trabajadores quienes tienen una modalidad profundamente democrática dentro de los principios de la educación popular u otra universidad? ¿O por qué no cualquier otra universidad cercana al proyecto patria? ¿Cuáles son los misterios inexpugnables que traban la posibilidad de establecer nuevos convenios y llamar a una nueva cohorte después de haber sido evaluada con profundidad la experiencia previa sabiendo que cuentan con todo el componente académico dentro de la experiencia de la educación popular en el país para volver a asumir ese gran reto y tarea?
Solicito o si prefieren los que quieran suscribir esta carta: que se asignen coordinadores de la Misión Cultura con participación en todos los gabinetes estadales y nacionales. Un coordinador que maneje una visión epistemológica, ontológica y holística desde el ámbito socio cultural y socio educativo como político, así como desde la andragogìa como desde la pedagogía. Un coordinador que domine los objetivos y códigos internos de entendimiento y cooperación de la Misión Cultura. La experiencia ha demostrado que los coordinadores de gabinete desconocen y permanecen distanciados del quehacer socio educativo de la Misión Cultura.
Convocarnos a un gran encuentro nacional para discernir sobre una nueva licenciatura, nuevos convenios universitarios, nuevas cohortes y en fin, sobre el devenir histórico de la Misión Cultura. No hacerlo por parcelas o estados, sino un gran encuentro nacional, y que su prospección al presente y futuro sea fruto y parte de grandes debates y discusión nacional.
Aunque no es mi área, creo pertinente apoyar el loable esfuerzo de compañeros de trabajo quienes luchan en el ámbito salarial y un tanto más por los compañeros que desde ya cumplieron su contrato a medio tiempo sin recibir los beneficios contra actuales correspondientes.
Aligerar los trámites solicitados por nuestros graduados (Notas y constancias) los cuales tardan demasiado tiempo en ser entregados ralentizando trámites laborales o de estudio.
Por último no me queda más que hacer un nuevo intento de exhortación para que la Fundación Misión Cultura dentro del marco conceptual y objetivos del consejo presidencial de gobierno popular de la cultura:
Instalación de mesas de trabajo de la Misión Cultura Universitaria.
Firmar un nuevo convenio con la universidad más pertinente y llamar a una nueva cohorte bajo la modalidad de la educación popular, dialógica, sistematizadora y de intercambio de saberes para los próximos años por venir para la construcción socialista.
Aprendizaje por proyectos
Acreditación de experiencias
Autobiografías
Historias locales
Censos de Patrimonios
Diagnósticos participativos comunitarios
Impulso y consolidación de la antropogogía socio educativa y cultural
Incorporar, mejorar y consolidar todos los ejes temáticos o unidades de aprendizajes relacionadas con el desarrollo, consolidación política y organizativa así como ética, de todos los principios prácticas de la nueva cultura comunal que queremos construir.
Suprimir y negar un gran debate nacional en torno a “La Misión de la Misión Cultura” es un gran favor que se le hace a la contra revolución y aplastar el espíritu y la moral revolucionaria socialista comprometida y chavista que hasta los momentos ha sostenido y sostiene esta revolución.
El trabajo físico e intelectual dignifica y el mismo es el que produce y reproduce la cultura en los hombres.
Con espíritu, razón, emoción y sentimientos libres, y con la fe plena en las vías hacia formas humanistas y socialistas que propuso el comandante Hugo Chávez Frías.
Un hombre del pueblo Venezolano
Marvin Pirela. 5164404
Otros hombres y mujeres del pueblo Venezolano suscribientes:
Manuel Reina Leal. C.I: 4280807
Excelente recapitulación y exposición que llamaríamos una muy buena sistematización de experiencias vividas. Misión cultura es y seguirá siendo formadora de formadores, donde se aprende haciendo, desde donde se construye en colectivo el conocimiento, donde se valora y acredita el saber, las costumbres y tradiciones. Dónde la valoración comunitaria es la base del levantamiento de la historia local y el patrimonio cultural. Desde dónde se fortalece la participación política comunitaria y el desarrollo comunal. Si una educación liberadora, decolonizante y libertaria.
ResponderEliminarNery Cazorla CI 4130179
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