Hago memoria de todos hechos porque creo firmemente que sin ellos no hay vida, somos porque recordamos, sin pasado no hay futuro, creo en la vida y más en estos tiempos de cuarentena por el COVID-19, que me llevan a realizar este acto de compromiso de escribir estas líneas, para solicitar al actual presidente de la Misión Cultura y Ministro del Poder Popular para la Cultura, Lic. Ernesto Villegas P, la rehabilitación post-morten de Zobeida Giménez, La Muñequera.
Conocí a Zobeida Jiménez, La Muñequera, en Sanare, Monte Carmelo del estado Lara, en enero del 2005, en el Curso Formación de Facilitadores y Tutores, ella hizo el curso, salió como Tutora, además ya era famosa por elaborar muñecas de trapo, de ahí su sobrenombre “La Muñequera”, era maestra normalista y egresada del Centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP) de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, graduada Licenciada en Educación, mención “Cultora popular”, (2003); todo esto sin contar los reconocimientos internacionales y nacionales, reconocimiento de la UNESCO,15-03-2001, Premio Nacional de la Cultura,(2002,2003,2004,) y Patrimonio Cultural del Estado Portuguesa. Su casa de habitación estaba reconocida y decretada por la Unesco como Museo Internacional de Muñecas. Compartió con el poeta Nicolás Guillén, al cual le unió una gran amistad.
De ahí que en el libro rojo del Convenio Marco de Cooperación UNESR_CONAC, de la Misión Cultura, es considerada como la figura referencial de la Misión, “Zobeida Jiménez, la muñequera, un ejemplo de lo posible”, era y es el símbolo de la misma.
"algunos
dicen de Zobeyda que está loca
Pero que hermosa la locura de
Zobeyda
Cuando nos vio amando a la patria
Construyó una
muñeca que se llama patria
Para amar nuestra locura"
“Que andamos juntos con Chávez en una campaña permanente a favor de la querencia la ternura y el amor, y eso es lo que hay aquí, mucho amor, y también seguimos diciendo que los francotiradores de sueños no han podido, ni podrán, dar en el blanco, de la muñeca de trapo, de que todos seamos felices y vivamos en paz, son los francotiradores de sueños, internos como externos, que les estamos dando un gran trancazo con esta Misión, que pa'lante es que va , si Dios quiere y la Virgen...”
Paradojas de la Revolución Bolivariana, fue un francontirador interno quien le disparo al corazón de la Misión Cultura. El ministro de cultura que apadrinó la Misión, después fue su enemigo más acérrimo. A su regreso ,año 2009, desató una cacería de brujas contra todo lo que “oliese a Misión Cultura”. Con el ego herido, nos decía, en una asamblea improvisada de trabajadoras y trabajadores, en el sótano 2 de la Biblioteca Nacional, : “ ...¿en dónde?, ¿en qué momento la Misión se descarriló?, no entiendo... ¿qué pasó?...”, a partir de ese momento comenzó el desmontaje de lo construido, un trabajo soterrado y perverso. Nunca dio la cara. Durante su gestión la Fundación Misión Cultura, tuvo la Junta Directiva completa, en los primeros momentos, probó con varios presidentes hasta que apareció el equipo siniestro que ejecutó el despido de Zobeida “La Muñequera”.
El 26 de diciembre de 2010, salió una carta funesta de la Coordinación de Recursos Humanos de la Fundación Misión Cultura, de despido, para Zobeyda Candelaria Jiménez, C.I.: V-3.059.076, su contrato no sera renovado, aprovechando las festividades navideñas, como cortina para destruir el icono de la Misión.
La periodista Hindú Anderi fue contundente su reacción ante la noticia :
“¡A Zobeyda no la bota nadie!
… Hace poco, una carta firmada por la coordinadora de Recursos Humanos de la Misión Cultura (adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura) llegó a las manos milagrosas de Zobeyda. Una misiva de cuatro líneas, en las cuales le manifestaban con la frialdad de cualquier oficina de personal de cualquier empresa privada, la culminación de su contrato. La relación con la Fundación Misión Cultura, más que laboral es simbólica, pues nada ni nadie puede pagar todo cuanto Zobeyda ha hecho en su vida por la revolución y por la vida misma. ...la causa de esta medida burocrática que asume a la gente como un número de cédula más y no una de esas acciones que le vienen bien a los infiltrados en la Revolución.
Zobeyda no es funcionaria pública, nunca lo ha sido. Es desde siempre trabajadora, que en lugar de estar encerrada en una cápsula burocrática, aún con sus 68 años recorre el país llevando sus muñecas e impregnando a todos con su capacidad para trascender las miserias humanas; denunciando con su arte los desaparecidos, las torturas, las injusticias; declarando que los sueños son posibles, que hay que humanizar la vida a como dé lugar. Por ello estamos convencidos de que no es Zobeyda quien necesita a la Misión Cultura, es la misión y muchos y muchas dentro de ella, quienes necesitan de Zobeyda. Sepan todos que ¡a Zobeyda no la despide nadie!”.
Caracas, 14/04/2020. M.R.L.
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