Maracaibo,
Zulia, 01 de Octubre de 2014.
Ciudadano
Nicolás
Maduro Moros
Presidente
de la república Bolivariana de Venezuela.
Su
despacho.
Apreciado
y estimado compatriota presidente: Reciba nuestro solidario apoyo de
compromiso revolucionario.
Estimadas
y apreciadas Autoridades del Ministerio del poder Popular Para La
Cultura y Fundación Misión Cultura.
Hoy,
quien suscribe esta carta quiere expresarse en primera persona, no
pido a nadie que me acompañe en esta exposición reflexiva. Tengo
entendido que un primer borrador de los meses de Mayo-Junio fue
refrendado, suscrito y apoyado por más de doscientas cincuenta
firmas de ex activadores, grupos organizados, cultores y artistas del
Zulia. El mismo ha cambiado, pues las situaciones concretas son
parcialmente diferentes, pero queda abierta esta carta si quieren
suscribirla de nuevo con tales firmas o con nuevas firmas. Qué nadie
se sienta comprometido y agradecido por siempre.
Quiero
comenzar recordando estas palabras, eslóganes o frases. Las mismas
me ubican en el principio del inicio:
RECORDANDO
LOS TIEMPOS EN QUE LA MISION
CULTURA SE ASOMO AL BALCON DEL PUEBLO,
CON SU EDUCACION POPULAR , ENMANCIPADORA
, LIBERADORA, ANDRAGOGICA Y
ANTROPOGOGICA Y
CON LA CONSIGNA CENTRAL
“DARLE PODER A LOS POBRES”,
“SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO”
Y
“LA LIBERTAD SE CONQUISTA
CON EL
CONOCIMIENTO”
Nada
nos aleja de las necesidades socio políticas y de formación con un
carácter, orientación y perfil Universitario en, con y para las
comunidades antes y después del 2002, aún admitiendo nuevas
estructuras y logros desde el Ministerio del Poder Popular Para
cultura. Para los años 2004-2005, en ese momento socio histórico,
se partió de saldar una deuda social por décadas acumulada en el
ámbito social de la cultura y las artes en los amplios y diversos
sentidos, corrientes del pensamiento, praxis e interpretaciones que
abarcan los diferentes conceptos y definiciones de cultura. Desde la
fundación Misión Cultura, tutelada por el Conac, luego por
Ministerio de la Cultura y hoy por Ministerio del Poder Popular para
la cultura, la consigna llena de profundo contenido ideológico y con
un proyecto práctico y creíble y de dimensiones a largo plazo fue
“darle poder a los pobres con el conocimiento”, consultar,
articular con las comunidades, con todas las formas del poder popular
organizado con carácter de urgencia, con las unidades de batalla,
patrullas, comités de tierra, salud, agua, grupos culturales y demás
organizaciones de base en las comunidades, parroquias, municipios y
estados con la finalidad de que a través de proyectos culturales,
impulsados por los estudiantes de la licenciatura en educación,
mención desarrollo cultural y llamados hasta hace poco “activadores
culturales”, pero con el fin último de auto desarrollarse con
proyectos socio culturales, con las historias locales (Elaboradas por
miles en todo el territorio nacional) y los censos de patrimonio, de
coadyuvar en la titánica tarea de empoderar política y
organizativamente al pueblo y apoyándonos en lo que el Comandante
Chávez hizo hincapié de forma duradera y persistente pero que hoy
al parecer nadie recuerda; “Impulsar el desarrollo endógeno en
todas las áreas: económicas, política, social, cultural, etc”.
Titánico objetivo, metas y tareas que jamás se cumplirían ni en
cinco o diez años. Los proyectos revolucionarios coherentes son a
largo plazo para luego de evaluarlos de forma permanente y recoger
frutos, antes que la perdida de perspectivas, las distorsiones
conceptuales y tareísmo burocrático se trague los frutos que se
pueden ver en decenios o en generaciones. La china popular desde el
49 se plateó dos macro objetivos del cual contra viento y marea
respetaron y lucharon hasta hoy: 1. En los primeros treinta años
garantizar la seguridad y soberanía alimentaria y los segundos
treinta años garantizar el desarrollo científico- tecnológico
industrial, socio educativo y cultural. He allí la China como gran
potencia, admitido con nuestras convergencias y diferencias.
Para
aquél entonces y no menos que ahora y en función de los propósitos
anteriormente expuestos, requirieron y requieren de una gran dosis en
el análisis y la tolerancia más precisa posible. El sectarismo, el
dogmatismo, la soberbia, la arrogancia, la falta de de actitudes y
aptitudes prospectivas para la consolidación del poder popular y
debilitar todas las estructuras ideológicas, sociales y económicas
de estado oligárquico burgués fueron y son los grandes enemigos
internos a derrotar en una revolución que sigue y seguirá
pretendiendo atraer a su seno gruesos sectores de la población que
aún permanecen excluidos o que todavía no ha comprendido el
verdadero sentido de la inclusión revolucionaria, esa que no va más
allá que no sea “denme mi casa porque es un derecho constitucional
ó si no me das empleo ó algún metálico no cuentes conmigo, por
tanto no me incluyo” en el ámbito socio educativo y cultural, lo
que para cualquier estudioso de las sociedades y revoluciones,
incluyendo el propio capitalismo, son la piedra angular y pivote de
toda estructura ideológica que sostiene toda estructura económica y
viceversa. Quizás los contextos en los cuales nació la Misión
Cultura, como una licenciatura en educación, mención desarrollo
cultural no sean las mismas a las necesidades urgentes planteadas en
la ley programa de la patria 2013-2019. Pero lo que si pervive en
corazón del pueblo son la gran deuda cultural acumulada, destronada
día a día por los medios de comunicación entre otros tantos
factores endógenos y exógenos, al tiempo que desestimulan y
desarticulan cualquier esfuerzo organizativo del desarrollo humano en
el ámbito cultural.
De
tal forma que no se trata de que ya se “cubrió un tramo de la
deuda cultural socio educativa”, sino que desde el punto de vista
socio antropológico, el tramo es permanente mientras haya deuda, que
el buen vivir y la calidad de vida espiritual se ubique en la vía de
la consolidación y del no retorno. Y esto no son ni cinco ni diez
años. No sabemos. Sólo lo sabremos con un Macro Proyecto Cultura
del Estado para varios decenios. Al parecer no aprendemos ni de los
capitalistas, quienes si están claros, “Qué si te derrumbo y
liquido tu patrimonio, tu memoria e identidad como pueblo somos pan
comido por decenios y centurias”.
Distantes
estamos de esa tan anhelada realidad socio cultural aspirada por el
Comandante Hugo Chávez y todos los revolucionarios y socialistas de
buena voluntad que desde décadas atrás a través de diferentes
formas de lucha y organización intentaron acompañar e impulsar tan
titánica tarea y, hoy encarando esa gran tarea y propósito
histórico y legado, el compañero Presidente Nicolás Maduro.
Ameritó y amerita una respuesta revolucionaria rápida que desmonte
y destrone la burocracia cuarto republicana, la de los fracasados,
desmovilizados y desesperanzados. La Misión Cultura, por su carácter
cultural y políticamente estratégico, tuvo y tiene que ser en sí
misma transformadora por lo cual “Todos sus miembros tuvieron y
tienen que ser transformados”. Hubo vacios, sí, hubo logros, sí.
Jamás se evaluaron. De tal forma, que antes y ahora, la
autoformación ideológica, el crecer y aprender con las comunidades
de forma y carácter experimentar pero con los vasos comunicantes que
proveen una licenciatura universitaria para impulsar el ejercicio del
promotor y gestor cultural de los servicios culturales del Estado,
más no de los procesos artísticos-creativos que implican grandes
discusiones desde los diferentes campos del saber. Estos vasos
comunicantes cargados de legalidad y responsabilidad ante el pueblo
veedor y presencial y semi presencial, fueron y deben seguir siendo
la matriz de lucha en el ámbito del quehacer político cultural.
Gran parte de los promotores, personal académico y administrativo
quienes fundaron y aún llevan sobre sus espaldas las fallas y
errores pero también grandes logros y virtudes de esa gran
experiencia jamás evaluada con todos los comprometidos, llámese
Ministerio de la cultura, autoridades de la Misión Cultura, esa que
siempre se le llamó Misión Cultura Académica, para diferenciarla
de otros proyectos y programas, es decir, todo el personal docente y
egresados y entre otros tantos que empujaron con gran fuerza esta
licenciatura en educación ante el vacio de una Ley de Cultura, los
grandes y graves silencios en materia de política cultural del
Estado, la misma que dio la cara en las comunidades mientras otras
instituciones y plataformas se fundaban y crecían, muchas apoyadas
en el quehacer de la Misión Cultura y, siendo ésta la única
experiencia desde el campo de la educación universitaria popular y
emancipadora, que partiendo de las experiencias nacionales e
internacionales sustentadas y los valores y principios socios
educativos de Paulo Freire y Simón Rodríguez, proveyó de
herramientas para un nuevo discernimiento y resistencia del pueblo
organizado, ante la permanente agresión de la oligarquía y el
imperio, hoy con nuevos bríos y formas, guerra económica y la
sistemática desestabilización. Un gran esfuerzo que al
desmovilizar, neutralizar, pasar la experiencia a una gaveta de
papeles viejos a punto de quemar y dejar a la espera o en la nada a
todo el componente docente y egresados, ese gran esfuerzo quedó
completamente debilitado, más no aplastado totalmente. Todavía hay
fe y esperanza. A mi entender, ó a nuestro entender si se prefiere,
el convenio marco de cooperación con la Universidad Nacional
experimentar Simón Rodríguez concluyó en diciembre de 2012, con
estudiantes por graduar pero con ninguna voluntad política con
espíritu revolucionario de evaluar la experiencia y seguir previendo
nuevas opciones de estudios universitarios en el ámbito cultural y
desde la modalidad y método de la Educación Popular. A mi entender,
grave error histórico de “desestimar la misión de una misión
estratégica para el Estado, el poder popular y la revolución”.
Tómese esto como una reflexión y no como una acusación, ni para
los que propusieron al Comandante Chávez el proyecto de la Misión
Cultura como las diferentes autoridades que a lo largo de casi diez
años, tanto del Ministerio como de la Fundación Misión Cultura han
direccionado nuestro hacer.
Posteriormente
la Fundación Misión Cultura, asume e impulsa proyectos y programas,
táctica y estratégicamente necesarios como lo son “Corazón
adentro, Misión Socialista, convenio cultural Cuba-Venezuela,
programa que también debe evaluarse en todas sus dimensiones y
objetivos, el “Sistema Nacional de Culturas Populares” el cual
que para el momento en que el presidente Chávez le aprueba sus
primeros recursos, estaba destinado a impulsar proyectos socio
culturales comunitarios de los graduados de la Misión Cultura (Es de
recordar la famosa 7ma línea, engorrosa para entender, desestimada y
nunca promovida y proyectada) así como atender cultores populares y
artistas jamás tocados por la revolución, y “La escuela Nacional
de Culturas Populares”. Pero llama la atención que de forma
progresiva y persistente a lo largo de estos últimos cinco años se
fueron invisibilizando por la estructura cultural del estado así
como de otros ministerios, los más de diez y siete (17.000) mil
egresados como Licenciados en educación, mención desarrollo
cultural. La gran mayoría con profundas fortalezas socio-
educativas, culturales y políticas y otros con pocas fortalezas como
suele suceder con los egresados universitarios. Una vez el comandante
Chávez preguntó, “¿Para qué necesitamos tantos abogados?”.
Pero la Misión sucre y UBV siguieron graduando abogados. Y no porque
los abogados de la revolución no sean necesarios. El presidente se
refería a la pertinencia socio política. Abogados tenemos desde
hace 500 años. Hoy me pregunto, ¿Acaso la pertinencia socio
política de esa primera experiencia educativa universitaria desde la
educación popular no era y es necesaria? ¿Era o no pertinente
mantenerla en el tiempo y en el espacio geográfico Venezolano? Casi
todos nuestros egresados, “al parecer”, al ignorarlos, al estado
y a nadie le interesa, aún sabiendo y reconociendo que unos pocos
graneados y con mucho esfuerzo ya han sido absorbidos en diferentes
organismos del estado nacional, regional y local. Y aquí se hace el
énfasis: así como se invisibilizaron desde el Ministerio y Misión
Cultura los casi diez y ocho mil (18.000) egresados licenciados en
educación, mención desarrollo cultural en los últimos 5 años,
ignorándolos y desestimándolos en casi todas las instituciones en
los diferentes niveles del estado nacional, regional o local, también
se pretende invisibilizar e ignorar la Misión Cultura Académica
universitaria, la misma que tuvo un convenio de cooperación con la
Universidad Simón Rodríguez y que por años fue bandera del
Ministerio de la Cultura. Expresar y decir que la Misión cultura
“académica” cesó funciones porque ya cumplió sus propósitos
es subestimar al pueblo Venezolano y seguir ignorando la gran deuda
social que el ámbito socio cultural esta revolución Bolivariana,
socialista y Chavista aún tiene con el pueblo. Es una afrenta al
pueblo organizado que con propuestas y programas catedráticos neo
positivistas, con perfil de claustro donde hay “Unos que saben todo
y otros receptores que no saben nada dispuestos a aprender algo” se
pretenda saldar esa deuda histórica que a lo sumo puede convertirse
en un gran “artificio” y en desmedro de la educación popular, la
andragogìa, la etnografía y la antropología socio cultural,
matrices y métodos anclados en los procesos de sistematización
socio educativas comunitarios de la Misión Cultura.
Refresquemos
memoria y propósito desde la educación popular, sistematización e
intercambio de saberes: “Entendiendo que la construcción colectiva
del conocimiento y su evaluación permanente no es más que práctica
y enfoque de la educación popular, tal como la definió Freire al
exponer que las prácticas y trabajos que se desarrollan en el campo
de la educación popular pueden y deben abordarse como tipos de
prácticas sociales “de construcción de personas”, trabajos que
desarrollan tipos de procesos de socialización de las personas. O
sea, procesos de construcción de individuos sociales. Tales
prácticas se desarrollan en torno al acto de aprender, o proceso de
crear las condiciones específicas para que esas personas aprendan en
ese re-ver, en la que se busca aprender a comprender significados de
lo que cada persona involucrada está aprendiendo y del modo de cómo
lo está haciendo”. Entonces:
(Desde
el punto de vista cultural) busca fortalecer la creatividad cultural
de las personas, grupos, organizaciones y movimientos “para la
reinvención solidaria de la sociedad y para la construcción
concreta de una vida más digna para todos)
(Desde
el punto de vista político) busca reforzar el ejercicio de la
ciudadanía en la perspectiva de refundar la cosa pública “de
forma permanente y las relaciones entre lo privado y público.
(Desde
el punto de vista ético) reforzar la autonomía de todas y cada una
de las personas involucradas “como condición básica de
participación efectiva en un proceso social fundante y fundado en
las relaciones igualitarias”
(Desde
la perspectiva político pedagógica-andragógica) la educación
popular “debe crear las condiciones para que las personas sean más
sujetos de su propia práctica”, pues la dimensión es integradora
del proceso educativo, es decir, el sentir, el pensar, el actuar de
las personas involucradas donde todos los sujetos busquen y sufran un
cambio cualitativo, tomando en cuenta fundamentalmente la calidad de
vida (en sus más variados aspectos)
(Desde
lo metodológico) la perspectiva que siempre fue y es más adecuada
es la constatación y construcción de “formas concretas de
solidaridad” y de eficacia en los objetivos que garanticen “tramas
de significados” para lo que hacen en función del rescate de
“memoria y nueva comprensión” y abrir canales de crecimiento y
evitar la desagregación a través de proyectos de aprendizajes
colectivos para un nuevo mundo que buscamos construir.
Como
ya ven, sólo buscamos, con todas nuestras fallas y virtudes,
construir “memoria y nueva comprensión, nuevas formas y ventanas
concretas de solidaridad e igualdad para un nuevo mundo que buscamos
construir” ¿Es tan complejo comprender lo que explico y solicito?
Sólo
un buen rediseño de una nueva licenciatura desde la Misión Cultura,
tejida con el apoyo del todo el colectivo académico, profesionales,
técnicos, intelectuales y artistas comprometidos podemos compensar
las exigencias y necesidades para los próximos retos y años de
lucha. Programas placebos coyunturales sin estructura y prospección
a largo plazo y sin asidero legal y comunitario corre graves riesgos
de desmoronarse ante los retos de la revolución Bolivariana y
Socialista del segundo decenio del dos mil.
Todos
conocemos el IAP (el método investigación, acción y
participación), el invedecor, entre otros tantos métodos de origen
epistemológico cualitativo, le dimos uso potencial durante siete
largos años, reforzando todas las vías investigativas de nuestros
activadores, pero respetando toda la conceptualización, práctica y
principio de la educación popular y dialógica. Y me vuelvo a
preguntar ¿Quién no hizo uso del método IAP para que hoy se nos
presente como única salida, poniendo a un lado los métodos de la
educación popular y dialógica, sin desmeritar el IAP como método
que se ubica en lo cualitativo? De verdad, creo que sí aprendimos y
mucho para discriminar saberes y partes de la vida. Por esto
recordamos, hubo un tiempo en que la Misión Cultura se asomó con
responsabilidad al balcón del pueblo con propuestas coherentes para
propiciar el crecimiento espiritual, intelectual y comunitario del
pueblo Venezolano. Es un gran reto que la misma se vuelva a poner al
frente, en el balcón, junto al pueblo y poder seguir diciendo “Es
necesario darle poder a pueblo”, “Sólo el pueblo salva al
pueblo” “Y la libertad se conquista con el conocimiento”. Fue y
es el momento de romper con las estructuras academicistas, con el
respeto de la academia tradicional en la cual con resistencia y lucha
mucho de nosotros fuimos formados, pero que en el marco de esta
atípica revolución, para efectos ideológicos no nos sirve. Lo del
claustro al claustro y lo popular en el seno del pueblo, aunque el
debate y la discusión al respecto debe seguir vivo y candente. Nos
sirve una propuesta que propicie una educación liberadora enlazada
con los procesos culturales y la creación artística así como de
las necesidades de desarrollo económico y científico tecnológico.
Pero estamos en el área de las ciencias sociales y las humánitas y
a ello nos debemos. Un buen diagnóstico histórico, socio político
y cultural desde lo interno de la Misión y en colectivo,
correlacionado con el proyecto país y las necesidades desde las
comunidades, de la nación, del país, de la república y de la
patria debe ser el primer paso. Lo demás “podrían convertirse en
placebos entretenimientos”
Hoy,
a vox populi se habla de una extraña fusión de la Misión Cultura,
Sistema Nacional de Culturas Populares y Corazón Adentro, llamándose
a partir de este momento “Misión Cultura corazón adentro”. ¿Qué
es esto? Cuando también a vox populi se sabe que el sistema nacional
de culturas populares y Corazón Adentro, Misión Socialista son
proyectos y programas de la Fundación Misión Cultura. Desde la
esquina de la opinión pública y desde las comunidades, cabe
preguntarse, ¿Será que la razón social y legal de la Misión
Cultura fue eliminada por decreto? ¿Cuáles fueron los criterios
nacionales para tan desmesurada e inconsulta aventura? ¿Y por qué
no hubo una discusión nacional?
Hoy,
a vox populi también se habla de una cátedra permanente, Seminario
“Descolonización y cultura comunal” o “Soberanía y cultura
comunal” cátedra esta, según experiencia de las comunidades que
ya la ha alcanzado y tocado, cierra el paso a la investigación,
sistematización e intercambio de saberes comunitarios. Por razones
muy sencillas, expresan que son temarios direccionados de forma
academicista, donde hay uno que “sabe y conoce el tema” y otros
que “no saben y sirven de receptáculo de tales conocimientos”,
volviendo a la educación bancaria tan criticada por Paulo Freire por
ser estructura del estamento educativo y burgués. Y no es que lo
digan porque son muy sabios, aunque la sabiduría popular es muy
sabia, es que muchos son egresados de la Misión Cultura, de otras
Misiones, consejos comunales y comunas con discernimiento, muy a
pesar de lo cuesta arriba que es ponerse de acuerdo dentro de un
consejo comunal o comuna, pero disciernen, a la postre andar
errantes y erráticos hacia un comité o mesa de cultura dentro de un
gran andamiaje de cabilla y concreto y con las manos vacías sin una
propuesta convincente socio política y legalmente estructurada y
fundamentada y la transversalidad curricular como vía para formación
integral objetiva y subjetiva de los hombres de forma
transdiciplinaria. Falta mucho, pero no por esta vía, sino con
proyectos creíbles a largo plazo medidos en decenios.
Cabe
preguntarse, ¿hubo un cenáculo de sabios para decidir que una
cátedra era lo que se necesitaba en los retos socio- educativos y
culturales- comunitarios para los próximos años?
Cabe
de igual forma preguntarse, ¿Por qué no hubo una gran consulta
nacional desde hace años para el diseño de los grades objetivos
históricos en materia de cultura relacionada con la Misión Cultura?
Por
último, hoy se nos convoca a un III gran congreso Cultural, con un
temario muy respetable, diverso e interesante pero donde los
componentes socio educativos populares universitarios escasean y, en
donde, al menos por acá, por estas comarcas occidentales del Zulia,
aunque se dieron débiles debates, al principio pareció ser un ring
de boxeo de fuerzas en pugnas por unas vocerías. La Misión Cultura
fue tan desmovilizada, neutralizada e invisibilizada, embarcada en la
tristeza y la apatía por tantos años de inacción, que con más de
doscientos cincuenta animadores culturales del programa convenio
cultural Cuba-Venezuela, casi cincuenta de personal académico
activos y más de dos mil quinientos egresados a lo menos, no logró
ganar una vocería para tal congreso. De igual forma, no teníamos
recursos con que participar porque en nuestras manos no había nada
vivo y creíble gracias a la desmovilización y neutralización de la
Misión. La cátedra no fue ni era suficiente. No tener vida orgánica
nos desarticuló completamente. No obstante, éxitos al congreso y
que de allí deriven planes y proyectos coherentes para lo que queda
del decenio y los próximos años.
Con
profundo respeto, solicito, ó (solicitamos y exhortamos para quienes
quieran suscribir esta carta reflexiva):
Que
el consejo directivo de la Misión Cultura se desplace a nivel
nacional en todos los estados donde la Misión tiene presencia para
explicar a profundidad la Fusión de todos los programas “En
misión Cultura Corazón Adentro” así como re- explicar la
cátedra “Descolonización y cultura comunal” o “Soberanía y
cultura Comunal” (Hasta hoy se siguen manejando dos títulos lo
cual más que aclarar, confunde) así como cualquier otro programa
que no se haya discutido en colectivo o por la vía súbita en que
nos convocó para “Formarnos y darnos herramientas y estrategias
en el seminario de Yaracuy del 2013” y, que a mi entender, las
cátedras de este tipo son libres, optativas, no obligantes para
algún participantes, de vinculación académica la mayoría de las
veces pero de poción libre y promovidas por instituciones con
perfil formativo públicas o privadas. Pero con un criterio
unificando, libre, público y no obligante. Un seminario de
investigación es demasiado complejo para abordarlo en una comunidad
como una vía intermedia entre la cátedra y el taller, a menos que
pertenezca a una maestría o doctorado, a lo sumo un diplomado que
descanse en una investigación y atado con vías legales. ¿Y me
pregunto? Dentro del marco del conocimiento, ¿ A cambio de qué
contactamos, convocamos un día y nos confirman 30 participantes
comunitarios para que día de la primera reunión asistan 12, en la
segunda 7, en la tercera 5 y así hasta diluirse? Según mi
experiencia, porque me metí de lleno con mis compañeras
facilitadoras a facilitar, armar y empujar la cátedra. Quizás
hayan varías las respuestas. Yo veo 1. No es un proyecto y plan
integrar de formación creíble y sostenible a largo plazo, más
viniendo de una Misión formativa Universitaria donde muchos esperan
otros planes de tercer o cuarto nivel 2. Los consejos comunales y
comunas (no todas) muchos andan en tantas actividades, tanto
tareísmo y dispersión que concluyen que podría ser un tallercito
o cursito más para hacer currículo (palabras textuales de ellos
mismos) 3. Un grupo me señaló una vez que la cátedra se parecía
a una de esas tantas tentativas de escuela de formación ideológica
de cuadros militantes que nunca cuadraban por falta de un régimen
de formación orgánico.
Sé
y estoy en la certeza que esta cátedra muchos de nosotros en los
diferentes estados nos la tomamos en serio, nos las creímos, tuvimos
fe, no caminamos oficinas sino los barrios, la impulsamos, la
asumimos, muchas veces desde espacios conquistados y personas desde
la Licenciatura en educación. Muchos la asumimos a cuesta de
desgastarnos y agotarnos sin propósitos a largo plazos. No
propósitos trimestrales, propósitos medibles en quinquenios y
decenios porque nuestro propósito es hacer un intento de esculpir el
ser y conciencia de niños y hombres para la igualdad y la libertad,
como lo expresó en su libro texto Fundamentos de la educación el
Maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa. “Intentar esculpir ser y
conciencias de niños y hombres para libertad”.
Que
el consejo directivo de la Misión Cultura se desplace a nivel
nacional en todos los estados para que escuchen necesidades y
propuestas, inquietudes e incertidumbres. Se aclara, quien suscribe
esta carta, se tomó la molestia con grupo de facilitadoras de
Maracaibo de elevar y presentar ante el directorio de la Misión
cultura en su momento (2011-2012) un borrador propuesta de
licenciatura con su matriz curricular denominada “Licenciatura en
administración, mención Gestión Cultural comunitaria”, bajo la
modalidad y método de la educación popular. Sé y sabemos que fue
recibida y leída por el directorio de entonces porque públicamente
fue afirmado por la Señora Tania Scott en Yaracuy 2013.
Otro
tanto sabemos de aportes de otros compañeros en otros estados
quienes se han propuesto desarrollar propuestas universitarias dentro
del marco de la Cultura y desarrollo Comunal. Ante esta propuesta que
hice se impuso el silencio.
Aprendí
a querer a esta Misión, me ocupé y me preocupado por ella hasta que
racional, emocional y políticamente tenga fuerzas para hacerlo. Por
tanto sea esto lo último que escriba y diga verbalmente sin que
nadie, absolutamente nadie se sienta lesionado y de igual forma,
asumiendo todas las consecuencias, siendo libre de conciencia que
jamás he atentado ni atentaré contra la revolución Bolivariana,
socialista y hoy, chavista, eterno sueño desde mi adolescencia. Y me
sigo preguntando ¿Por qué con transparencia no nos sentamos a
discutir un proyecto para presentarlo con manos creíble y posibles
con Uneartes, Universidad Bolivariana de Venezuela, la Simón
Rodríguez con quien ya hay una experiencia, con la Universidad de
los trabajadores quienes tienen una modalidad profundamente
democrática dentro de los principios de la educación popular u otra
universidad? ¿O por qué no cualquier otra universidad cercana al
proyecto patria? ¿Cuáles son los misterios inexpugnables que traban
la posibilidad de establecer nuevos convenios y llamar a una nueva
cohorte después de haber sido evaluada con profundidad la
experiencia previa sabiendo que cuentan con todo el componente
académico dentro de la experiencia de la educación popular en el
país para volver a asumir ese gran reto y tarea?
Solicito
o si prefieren los que quieran suscribir esta carta: que se asignen
coordinadores de la Misión Cultura con participación en todos los
gabinetes estadales y nacionales. Un coordinador que maneje una
visión epistemológica, ontológica y holística desde el ámbito
socio cultural y socio educativo como político, así como desde la
andragogìa como desde la pedagogía. Un coordinador que domine los
objetivos y códigos internos de entendimiento y cooperación de la
Misión Cultura. La experiencia ha demostrado que los coordinadores
de gabinete desconocen y permanecen distanciados del quehacer socio
educativo de la Misión Cultura.
Convocarnos
a un gran encuentro nacional para discernir sobre una nueva
licenciatura, nuevos convenios universitarios, nuevas cohortes y en
fin, sobre el devenir histórico de la Misión Cultura. No hacerlo
por parcelas o estados, sino un gran encuentro nacional, y que su
prospección al presente y futuro sea fruto y parte de grandes
debates y discusión nacional.
Aunque
no es mi área, creo pertinente apoyar el loable esfuerzo de
compañeros de trabajo quienes luchan en el ámbito salarial y un
tanto más por los compañeros que desde ya cumplieron su contrato a
medio tiempo sin recibir los beneficios contra actuales
correspondientes.
Aligerar
los trámites solicitados por nuestros graduados (Notas y
constancias) los cuales tardan demasiado tiempo en ser entregados
ralentizando trámites laborales o de estudio.
Por
último no me queda más que hacer un nuevo intento de exhortación
para que la Fundación Misión Cultura dentro del marco conceptual y
objetivos del consejo presidencial de gobierno popular de la cultura:
Instalación
de mesas de trabajo de la Misión Cultura Universitaria.
Firmar
un nuevo convenio con la universidad más pertinente y llamar a una
nueva cohorte bajo la modalidad de la educación popular, dialógica,
sistematizadora y de intercambio de saberes para los próximos años
por venir para la construcción socialista.
Aprendizaje
por proyectos
Acreditación
de experiencias
Autobiografías
Historias
locales
Censos
de Patrimonios
Diagnósticos
participativos comunitarios
Impulso
y consolidación de la antropogogía socio educativa y cultural
Incorporar,
mejorar y consolidar todos los ejes temáticos o unidades de
aprendizajes relacionadas con el desarrollo, consolidación política
y organizativa así como ética, de todos los principios prácticas
de la nueva cultura comunal que queremos construir.
Suprimir
y negar un gran debate nacional en torno a “La Misión de la Misión
Cultura” es un gran favor que se le hace a la contra revolución y
aplastar el espíritu y la moral revolucionaria socialista
comprometida y chavista que hasta los momentos ha sostenido y
sostiene esta revolución.
El
trabajo físico e intelectual dignifica y el mismo es el que produce
y reproduce la cultura en los hombres.
Con
espíritu, razón, emoción y sentimientos libres, y con la fe plena
en las vías hacia formas humanistas y socialistas que propuso el
comandante Hugo Chávez Frías.
Un
hombre del pueblo Venezolano
Marvin
Pirela. 5164404
Otros
hombres y mujeres del pueblo Venezolano suscribientes:
Manuel Reina Leal. C.I: 4280807